Este documento es una breve Enciclopedia de las Camas
En este artículo explicamos por qué la Piramicama es la mejor cama del mundo, y sin duda la mejor cama de todos los tiempos y culturas.
Posiblemente, la cama fue el primer "mueble" utilizado por todas las culturas. Las camas han sido construidas o instaladas sobre un árbol, en cavernas, en cabañas, casas, edificios, naves espaciales, barcos y en cualquier lugar donde el ser humano permanece o transita. Ni siquiera la mesa o la silla es tan imprescindible como una cama, porque pueden reemplazarse por una piedra, un tronco o simplemente, el suelo.
Sin embargo la cama es el sitio donde la persona (de todos los tiempos y lugares) pasa la tercera parte de su vida. Y lo hace en la mayor situación de vulnerabilidad, es decir, durmiendo. Una cama precaria en extremo, es la que puede hacerse con ramitas y hierbas en una cueva. Pero para que los insectos, roedores y pequeños animalitos no molesten al durmiente, fue necesario hacerla sobre troncos y ramas más gruesas que soporten el peso del dormilón (o los dormilones, porque la cama es casi un arquetipo de "usar de a dos") algo separado del suelo. Pero el principio una
Cualidades: Poca comodidad, ningún efecto terapéutico.
También en plan precario, las camas se hacían sobre árboles, porque no en todos los sitios hay cavernas y los animales en las llanuras son también un riesgo. La cama en un árbol no era la mejor ni la más segura donde hubiera felinos, pero además el riesgo de caída era algo a tener en cuenta.
Cualidades: Poca comodidad, gran peligro de caída, exposición a la intemperie, ningún efecto terapéutico.
A medida que los hombres fueron controlando mejor su medio y desarrollando técnicas constructivas, nacieron los dormitorios, es decir, el sitio más protegido de la casa, donde la cama es reina y señora del lugar.
Los vikingos se destacaron por la construcción de camas excelentes. No sólo porque tenían colchones gruesos de las mejores lanas, habilidad extraordinaria para trabajar la madera y hacer esculturas impresionantes en los cabeceros de la cama, sino porque poseían grandes conocimientos geobiológicos. Hacían sus casas donde el ganado prefería reposar, de modo que se aseguraban la ausencia de geopatías (lugares donde los seres vivos son afectados negativamente por el magnetismo telúrico). Y la ubicación de la cama era algo de especial cuidado. Los vikingos y sus descendientes los celtas destacaban por sus construcciones geobiológicas.
Cualidades: Mayor comodidad, firmes, ningún efecto terapéutico, salvo que se aplicaban reglas geobiológicas y la calidad del sueño era excelente.
Según algunos libros de historia, los ascetas espartanos tenían como regla dormir sobre una piedra, para endurecer el cuerpo y el carácter. Sin embargo en la realidad, dicha costumbre no pasaba de practicarse durante los períodos de entrenamiento. El soldado de cualquier época y lugar sabe que tiene que prepararse para lo peor, pero que fuera de la preparación intensiva debe dormir cuanto sea posible y conseguir la mejor cama que encuentre o hacerla él mismo con los mejores y más blandos materiales que consiga. Un soldado que ha dormido mal, no podrá combatir con todo su potencial, como no puede trabajar nadie al máximo rendimiento si ha pasado una mala noche. Pero si nos atenemos a los escasos grabados y narraciones existentes, la cama espartana era simplemente una esterilla fina, a veces sólo una manta sobre una piedra grande o en el suelo.
Cualidades: Ninguna comodidad, riesgo de problemas osteo-mio-articulares en caso de acostumbramiento y larga exposición. Ningún efecto terapéutico.
Durante las épocas de apogeo de los grandes imperios (Egipto, Baalbek, Roma, etc.) las camas fueron perfeccionadas en función de la tecnología disponible pero el arte no quedaba de lado.
No eran demasiado exigentes con la ornamenta, según parece. El carácter militar de los ciudadanos más notables, les hacía poco propensos a los lujos estéticos en el mobiliario, pero no a los lujos de comodidad. Lo grandioso de la arquitectura no se reflejaba mucho en los dormitorios, aunque los preferían bien ventilados y grandes. De modo que las camas eran sobrias, pero los colchones romanos eran muy buenos desde las primeras épocas, muy similares a los vikingos, básicamente formados por pelo de caballo y lana de oveja, forrados con telas o con cueros de cabra muy finamente curtidos. Estos colchones son propensos a ser habitados por ácaros microscópicos y la solución romana (aprendida de los vikingos) fue ahumar con albahaca y crisantemos de modo abundante, antes de armar el colchón, las lanas, pelos y cueros. El efecto de este proceso dura unos cuatro a cinco años, pero en los fríos climas nórdicos puede que hasta diez años.
De todos modos, al cabo de cinco años los colchones eran escardados nuevamente porque se ponen duros con el uso y aprovechaban para volver a ahumarlos. También los romanos usaban perros para determinar el mejor sitio para la cama, ya sea en una construcción nueva o en las constantes campañas militares. Dejaban dos perros solos en el flamante dormitorio o la tienda de campaña y observaban durante al menos un día entero, dónde se echaban. Pues ahí es donde no hay geopatías, el mejor lugar para dormir cualquier mamífero, con excepción de la mayoría de los gatos, que prefieren justamente las geopatías, donde los demás mamíferos pueden enfermar si duermen o permanecen mucho tiempo encima. Para los romanos, el lema de la buena salud era "dormir bien sin ser despertado, comer lo justo y defecar sin esperar ni apurar". Es decir que ponían en primer lugar el dormir bien. A pesar de lo sobrios en cuanto a camas, se ha encontrado algunas de piedra bellamente talladas.
Curiosamente, no había muchas así en Roma, sino en territorios donde se supone que el modo de vida era "de esclavo". En realidad, la esclavitud en el Imperio Romano estaba penada con la muerte, así que la patraña histórica se desmiente muy bien al analizar como vivían y dormían los trabajadores de las canteras y las minas. No eran sólo los capataces, los que disponían de excelentes camas de piedra, sino la mayor parte de los habitantes del sitio. Los colchones harían de estas camas, algo muy diferente a las esterillas espartanas.
Cualidades: Gran comodidad, ningún efecto terapéutico.
El clima egipcio difiere en varios grados de media del europeo, de modo que las camas y sus colchones debían permitir el descanso bajo temperturas de 45 grados en el largo verano egipcio. Los inviernos son suaves, templados de día y fríos sólo durante la noche, alcanzando una media de 4 a cinco grados. Muy raramente con heladas en todo el vasto oasis del Nilo. Así que las camas egipcias se hacían del modo más "tradicional" hoy en día, es decir cuatro parantes, dos largueros, un cabezal y una piesera, pero el somier se hacía como para no necesitar colchón, con fibras vegetales y cueros trenzados. La finura del trabajo en tres o cuatro capas, permitía un descanso muy bueno dada la elasticidad y frescura de estas trenzas combinadas. Se ha encontrado restos de colchones de estilo romano, que seguramente fueron introducidos en Egipto en la época ptolemaica, pero en las camas egipcias más antiguas, el colchón y el somier eran la misma cosa. Es posible que en muchos casos añadiesen a la cama una tradicional alfombra, que ya sea lana o de tejidos vegetales finos, daría mayor confort. Así y todo, no podrían compararse a los colchones viscolásticos modernos.
Cualidades: Buena comodidad y frescura, ningún efecto terapéutico.
No había mucha diferencia entre las camas usadas en Asia Menor y las camas romanas. Para los colchones, en vez de pelo de oveja y caballo, usaban pelo de camello. Pero los dormitorios persas sí que eran muy diferentes. Eran el sitio más amplio de cualquier casa. Los palacios, a pesar de su fastuosa ornamenta y arquitectura, no diferían mucho en el dormitorio, con las casas normales. Para los arábigos, el dormir era incluso más importante que la comida. Su lema de buena salud rezaba "Come mucho y morirás antes, come poco y vivirás más, pero si duermes mal, vivirás peor que muerto". El concepto perdura en algunos hadizes.
Los dormitorios persas, aparte de la fastuosidad ornamental, tenían un sistema de aire acondicionado excelente. Consistía en un foso de unos seis a ocho metros de profundidad y uno a 1,5 de diámetro en el medio de la habitación. En el fondo, unos cántaros llenos de agua mantenían fresca la habitación. En invierno se tapaba el pozo y sobre la tapa metálica se encendía el fuego. Para cualquier ciudadano la cama era la pertenencia más valiosa. Se colocaban joyas insertadas en los cabeceros y pieseras, normalmente tallados artísticamente en madera con figuras eróticas. Una característica especial de las camas y dormitorios persas, es que abundaban en ella los cojines, almohadas y almohadones de diversas formas y tamaños. Posiblemente ninguna cultura en Occidente diera tanta importancia a la cama como los persas y todos los pueblos de su ámbito cultural. Los suelos, cubiertos de alfombras, también debían ser cómodos para caminar descalzo y con cojines ubicados como para dormir o hacer el amor. Algo así como una extensión de la cama. Incluso en muchísimas casas de diversa condición económica, se conserva hoy la costumbre de hacer las camas con ladrillos, pegadas al muro y tanto sirven para dormir como para descansar a modo de sofá.
Cualidades: Gran comodidad, gran belleza estética, marcado carácter erótico, ningún efecto terapéutico.
En la antiquísima y muy rica cultura hindú, la cama era más un símbolo de la sexualidad que del buen dormir. No por nada proviene de esa cultura el Kama-Sutra. Sin embargo no se diferenciaban mucho a lo largo de la historia, de las camas persas. La interacción indoaria duró muchos milenios, prácticamente sin guerras y con gran intercambio cultural, de modo que la mayor parte del mobiliario y en especial el de dormitorio, tienen gran semejanza. Las camas hindúes, si bien por más importancia sexual que de descanso, tuvieron mayor profusión de esculturas eróticas, no eran incómodas y debido a la variedad climática entre el Norte y el Sur de esa gran región, debieron utilizar colchones de tipo muy diferente. En el norte, hechos con pelos de animales y cueros; pero en el sur prevalecieron los de fibras vegetales trenzadas, similares a los egipcios, pero más cubiertos de gruesas telas de origen vegetal.
Si bien hay una variedad interesante en extremo Oriente, desde camas muy precarias hasta algunas muy lujosas, la Raza Amarilla se ha destacado en el dormir por la sobriedad, la sencillez de los dormitorios y la correcta ubicación de éstos y de las camas (reglas geobiológicas, feng shui...).
El "tatami" japonés, a veces de moda en algunos sitios de Occidente, es en realidad mejor conocido como más antiguo en China. Ambas culturas tienen aproximadamente la misma antigüedad (unos cinco o seis mil años según los ortodoxos y más de 30.000 años según la antropología heterodoxa. Remontándonos a los más antiguos escritos chinos, además de encontrarnos con planeadores de seda para volar una persona muchos kilómetros, hallamos que las camas y los colchones eran de una importancia mayor que todo lo demás, en cuanto a estilo de vida. Las condiciones fundamentales de las camas más antiguas de China y Japón, son tres:
1) Que no sean más bajas que un palmo, ni más altas que dos palmos del usuario. Según escritos religiosos que quizá tengan más de quince mil años, esto garantiza que la persona viva mucho más, y es una condición sin la cual todas las prescripciones alimentarias se quedan cojas. Hoy algunos geobiólogos explican que se debe a la necesidad de una determinada distancia entre el cuerpo y la tierra, para lograr naturalmente el equilibrio magnético, la armonía entre el "chi" de la persona y el del mundo.
2) Que sean siempre de madera y nunca de metal y...
3) Que "la única materia animal que debe haber sobre la cama, es la del durmiente". Es decir, que no debe haber colchones ni ajuar de pelos, ni lanas, ni cueros de animales. Así que lo más típico y muy largamente utilizado, es la estera trenzada de bambú y otras fibras, con colchones muy elásticos, frescos en verano y calientes en invierno al usar tejido más cerrado. Las almohadas se hacían de tela y estopa vegetal. No podemos garantizar que estas normas que se siguieron en China durante muchos milenios sean válidas para todas las tipologías humanas, pero sin duda que la Raza Amarilla tiene los mayores récords de longevidad de la antigüedad y del presente. Tampoco podemos asegurar que sea por seguir esas normas en concreto, pero puede que así sea, al menos como coadyuvante de un estilo de vida muy refinado y basado en ciencias como el feng shui, que hoy apenas estamos recuperando en la moderna geobiología. Además, las medidas -ya no constantes en los escritos sino en las camas más antiguas- eran bastante mayores que para cualquier otra cultura. Otro detalle curioso es que al contrario de los occidentales usando perros para determinar la mejor ubicación de la cama, los chinos usaban gatos para detectar los sitios geopáticos y evitarlos. Algunos maestros de feng shui utilizaban vísceras de cerdo para determinar mediante más rápida o más lenta putrefacción, la calidad de los sitios donde colocar la cama. También aparecen los primeros doseles, los mosquiteros y otros accesorios que entran en Occidente hacia el siglo IV d.C.
Cualidades: Gran comodidad, sencillez estética, poco carácter erótico, sin efecto terapéutico específico pero armónicas con la naturaleza.
Los dormitorios en la Edad Media han sido quizá los más variados que uno pueda imaginar, porque en Europa se mezclaron todas sus culturas, abundaba el tráfico de bienes, de especias, telas, maderas, etc., así que las camas y su ajuar se fue diversificando, generando una variedad de estilos y diseños enorme. Desde las camas más precarias de los campesinos, no tan miserables como nos lo pinta la historia políticamente interesada, hasta los palacios y castillos de los señores, tampoco tan fastuosos como los presenta el cine. En España estuvieron ocho siglos los árabes, de modo que aún hoy se oyen y ven los ecos de esa cultura y a pesar de la modernización, los dormitorios de estilo árabe, con sus grandes camas, muchas almohadas y cojines por todos lados, se ven en muchas casas de Andalucía y más al norte... Pero el caso es que destacan, ya por influencias arábigas como por las provenientes de toda Europa y Asia, las camas con dosel, tanto en los palacios como en las casas de mediana condición económica. Aunque de estilo y fabricación precaria, también los doseles han sido usados por gente de escasa condición económica, porque esto no es un mero adorno. Tiene la función de permitir el cortinado de la cama, poner una tala fina como el tul, a modo de mosquitero, y la mayoría tenían ambas funciones. Si alguien entra en un momento inconveniente al dormitorio... pues para eso estaban las cortinas; una intimidad más dentro del íntimo espacio del dormitorio. Por cierto, a las Camas Piramidales de Piramicasa se les puede colocar cortinas, doseles de madera y mosquitero, sin interferencia con la función piramidal.
Aún hoy en muchos sitios se estilan los bellos y útiles doseles. En el precioso Hotel Son Net de Mallorca, nos encontramos con dormitorios como éste, donde los colchones y todo lo demás es de extraordinaria calidad.
Cualidades de las camas tradicionales con dosel: Gran comodidad y belleza, sensación de protección, mayor intimidad, ningún efecto terapéutico.
En algunas grandes ciudades de Japón, China y otros países, los ejecutivos mejor pagados del mundo suelen pasar la mayor parte del año durmiendo en unos "dormitorios-nicho". Aunque tienen magníficos colchones, aire acondicionado, opciones de música y todas las comodidades que pueden caber en tan pequeño espacio, duermen en un lugar que sería más para un muerto que para un vivo. No es de extrañar que duren pocos años, antes de sufrir toda clase de enfermedades derivadas del estrés. Eso sin contar con la contaminación electromagnética de las instalaciones y algunos accidentes mortales ya ocurridos con las cerraduras, el suministro eléctrico, el oxígeno, etc., que ha demostrado que puede resultar peligroso dormir en un nicho-cama.
Cualidades: Gran comodidad aparente, poca seguridad (por accidentes), ningún efecto terapéutico, mucho efecto estresante.
Hoy en día, debido a las aberraciones de la economía global, los dormitorios son cada vez más pequeños. El utilitarismo ha hecho creer que "total, si lo pasamos durmiendo...". Sin embargo el dormir es un proceso más complejo de lo que parece. El sólo hecho de ingresar al dormitorio y prepararse mentalmente para dormir, influirá en los sueños, así como lo hace el ámbito respirable, los colores, la luz... Y por supuesto, aunque estemos "como desmayados", durante el sueño el cuerpo registra infinidad de condiciones, muchas de las cuales pasan a quedar archivadas por la costumbre y la adaptación, pero dormir en un colchón que se hunde demasiado, una cama que hace ruido, muelles (resortes) que sobresalen del colchón, así como la orientación, etc., influirán en la salud tanto o más que todas las vicisitudes del día.
Las Camas de Piramicasa (Piramicamas), tanto las más normales como las lujo y super-lujo, son muchísimo más que una cama, porque ninguna posee las cualidades de este aparato regenerador de la vitalidad y la salud. Ninguna cama a lo largo de toda la geografía del planeta, a lo largo de todas las épocas, ha tenido ni tendrá jamás las características extraordinarias de las mejores camas del mundo, desarrolladas para aprovechar los beneficios del efecto piramidal sin tener que mudarse de casa a una Piramicasa, que igual quien puede, lo hace apenas comprende las ventajas.
Pero no todo el mundo puede cambiar de casa fácilmente, sin embargo es raro quien no pueda cambiar de cama. Ha habido casos en que no cabe en el dormitorio, porque tiene que ser necesariamente de base cuadrada, con sus proporciones perfectas y tener una cara orientada exactamente al Norte Magnético. Pero digamos que una cama estándar de 2,10 metros de lado cabe en el peor de los casos, en una habitación de 3,2 x 3,2 metros.
Como podrá apreciar en esta misma web de www.Piramicama.com y en www.piramicasa.es la variedad de productos es muy grande, pero si bien las Camas Piramidales de Superlujo y lujo no están al alcance de cualquier bolsillo, las "normales" son igualmente lujosas en cuanto a sus maravillosos efectos.
Sobre ellas, está todo dicho en las webs de Piramicasa.
Cualidades: Gran comodidad, enormes efectos terapéuticos, preventivos y curativos. Gran confort biológico y sensación real de protección. Estética según creatividad.
1) La pauta geobiológica fundamental de la orientación es que nunca jamás hay que dormir con la cabeza hacia el Oeste. Lo ideal es con la cabeza hacia el Norte, como opción cuando se ha comido mucho antes de dormir, colocar la cabeza al Este y como tercera alternativa, hacia el Sur. Pero ningún animal con sus instintos sanos duerme con la cabeza hacia el Oeste.
2) Evitar las líneas de agua bajo la cama. Esto sólo puede marcarlo un rabdomante (zahorí o modernamente llamado geobiólogo).
3) Evitar siempre la permanencia de objetos como vasos, botellas, cazos o cualquier otro recipiente, destapados y conteniendo agua. En realidad, se recomienda evitar colocar cualquier líquido en un recipiente sin tapar, así como evitar que la tapa del inodoro quede abierta. Sería para otro artículo no directamente relacionado, explicar el porqué de estas medidas, pero es algo que funciona. Muchos problemas de sueño largamente padecidos se deben a la costumbre de dejar un vaso de agua en la habitación.
4) Evitar siempre las camas de metal, a menos que sea platino, titanio o aluminio de muy alta pureza. Las camas de bronce, hierro, acero, etc., ya sea en pequeña porción o en la totalidad de la cama, han sido causa de muchas enfermedades. Nuestras Piramicamas son exclusivamente de aluminio de extrema pureza, no las hacemos de madera por las razones que puede apreciarse en esta web, pero si va a construir una cama piramidal casera, hágala de madera, que será más segura que las que hacen los improvisados con metales inadecuados.